"Porque
todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo."
(Romanos 10:13).
Por Charles Spurgeon
Un eminente teólogo ha afirmado que cuando muchos de nosotros predicamos la Palabra, suponemos un gran conocimiento de parte nuestros oyentes. "Muy a menudo," dice este teólogo, "hay personas en la congregación que desconocen totalmente la grandiosa ciencia de la teología. Son perfectamente ignorantes de todo el sistema de la gracia y de la salvación."
Por esto es muy
conveniente que el predicador se dirija algunas veces a su audiencia como si
fueran completos desconocedores de su mensaje, y más bien que predique como
algo nuevo, exponiendo todo como si creyera que sus oyentes son ignorantes del
tema. "Pues," dice este buen hombre, "es mejor suponer muy
escaso conocimiento, y así explicar el tema claramente hasta lograr su más
detallada comprensión, que