(JUAN
21: 3-6) Simón Pedro les dijo: Voy
a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y entraron
en una barca; y aquella noche no pescaron nada. 4 Cuando ya iba
amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían que
era Jesús. 5 Y les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron:
No. 6 El les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis.
Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces.
AQUELLA
MAÑANA LOS DISCÍPULOS TENÍAN SOBRADAS RAZONES PARA SENTIRSE MAL.
ESTABAN
TREMENDAMENTE DESALENTADOS; HABÍAN TRABAJADO TODA LA NOCHE, Y NO HABÍAN PESCADO
NADA.
PERO
TAL VEZ LO PEOR ERA QUE, DESPUÉS DE LOS TRES AÑOS Y MEDIO DE ANDAR CON EL
SEÑOR, ELLOS HABÍAN TENIDO QUE VOLVER A SUS FAENAS HABITUALES...
POR
ESO, CUANDO APARECE AQUEL HOMBRE EN LA PLAYA, Y LES PREGUNTA SI ACASO TENÍAN
ALGO DE COMER, ELLOS SE VEN OBLIGADOS A RECONOCER QUE NO TENÍAN NADA.
ES
ASÍ TAMBIÉN CON NOSOTROS.
¿CUÁNTAS
VECES LOS FRUTOS DE NUESTROS ESFUERZOS SON VANOS, INCAPACES DE SATISFACER AL
SEÑOR?
¿CUÁNTO
DE NUESTRO QUEHACER ES MERA ACTIVIDAD, SIN NINGUNA CONSISTENCIA?
SIN
EMBARGO, EL SEÑOR NO RECRIMINA A SUS DISCÍPULOS, SINO QUE LES OFRECE UNA
INMEDIATA SOLUCIÓN… SI ELLOS ECHAN LA RED A LA DERECHA DE LA BARCA, HALLARÍAN.
LOS
DISCÍPULOS SÓLO TUVIERON QUE OBEDECER, Y LA RED SE LLENÓ DE PECES… NUNCA HABÍAN
PESCADO TANTO DE UNA SOLA VEZ… ESTABAN ASOMBRADOS.
ENTONCES,
ELLOS RECONOCEN AL SEÑOR, Y ACUDEN A ÉL ALBOROZADOS.
Y
LA ESCRITURA TESTIFICA QUE EL SEÑOR LES DICE: “TRAED DE LOS PECES QUE ACABÁIS DE PESCAR”... ¡QUÉ EXTRAÑO SUENA ESA
FRASE: “...QUE ACABÁIS DE PESCAR”!
EN
SU BONDAD INFINITA, EL SEÑOR LES ATRIBUYE A LOS DISCÍPULOS EL MÉRITO DE LA
PESCA, AL DECIRLES: “...QUE ACABÁIS DE
PESCAR”.
PERO
EN REALIDAD ELLOS LO ÚNICO QUE HICIERON DURANTE ESA LARGA Y DURA NOCHE SIN JESÚS
FUE FRACASAR…
Y
SI AHORA TENÍAN PECES ERA PORQUE EL SEÑOR MISMO SE LOS HABÍA DADO.
EL
MÉRITO, ENTONCES, NO ERA DE ELLOS, SINO DE ÉL… ELLOS ASÍ DEBIERON SABERLO,
¿PODRÍAN, ENTONCES, GLORIARSE EN SÍ MISMOS?
TODOS
LOS QUE SIRVEN DE VERDAD AL SEÑOR, SABEN QUE EL AUTOR DE TODA FRUCTIFICACIÓN ES
ÉL.
POR
ESO, CUANDO LLEGUE EL DÍA FINAL, CUANDO LAS RECOMPENSAS SEAN ENTREGADAS A CADA
SIERVO, ELLOS PONDRÁN SUS CORONAS A SUS PIES.
NADA
SE ATRIBUIRÁN A SÍ MISMOS, AUNQUE ÉL, EN SU BONDAD, LE ATRIBUYA EL MÉRITO A
ELLOS.
¿QUÉ
SIERVO HA SIDO MÁS BIEN TRATADO POR SU AMO QUE NOSOTROS?
¿QUÉ
SIERVO RECIBE ENTERAMENTE LOS RECURSOS DE SU AMO PARA QUE LUEGO SE LES CUENTE
COMO SUYOS?
¡NO,
SEÑOR, NO DIGAS QUE LOS HEMOS PESCADO NOSOTROS… NOSOTROS NO HEMOS PESCADO NI EL
PEZ MÁS PEQUEÑO!
¡TODOS SON TUYOS, ABSOLUTAMENTE TUYOS, SEÑOR!
¡DIOS
TE BENDIGA!
Aguasvivas.cl