"En
el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios ... Y
aquel Verbo fue hecho carne"
(Juan 1:1, 4).
La palabra Verbo
aquí, en el griego, es Logos, que se traduce también como Palabra.
Jesucristo es la Palabra
hecha carne.
Aquello que hasta ese
momento era solo celestial, se volvió también terrenal.
Por eso, Él es llamado
también Emanuel, que quiere decir: “Dios
con nosotros”.
La gran maravilla del
evangelio es que Dios tomó la forma de hombre; que lo inefable se acercó a los
hombres con forma humana y con el lenguaje de los hombres.