En el evangelio de Marcos se nos muestra un detalle no consignado en los otros tres evangelios respecto de la elección de los doce apóstoles: “Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar” (3:14). La expresión que llama nuestra atención es: “para que estuviesen con él”.
En esta frase está contenida la
primera gran vocación de todo apóstol y de todo obrero del Señor: “Estar con
él”.
No hay aquí una invitación al
estudio, ni a realizar todavía una obra determinada, sino a estar con una
Persona. ¿Cuántas cosas habrá significado para aquellos apóstoles? No podemos
saberlo.
Pero hay en esto una señal que nos
sugiere, al menos, contemplación, comunión y transformación.
“Estar con él” es el inicio de todo,
es la fuente y motor de toda obra de Dios. La condición del hombre es demasiado
vil como para que él pueda iniciar algo desde sí mismo. No podría, tomando como
base su propia visión, recursos e iniciativas, emprender algo para Dios. Es
preciso que entre en el lugar secreto para contemplar a Dios.
Luego, de esa contemplación surgirá
la comunión. Habrá un oír, un aprender, un adorar, y hasta es posible que surja
finalmente una “amistad”, término éste que, tratándose de Dios, puede parecer
hasta sacrílego, pero que es posible, y que es lo más alto a que puede aspirar
un hombre.
¿Cómo podría
alguno osar “ir a predicar” sin haber estado primero “con él”?
¿Cómo puede
alguno osar hacer la obra sin primero haber sido enviado?
El Señor Jesús
no envió a sus discípulos a predicar sin haberlos tenido con él algún tiempo.
Esto explica por qué se realiza tanta obra que Dios no mandó hacer; por eso hay
tantos obreros que no conocen el modelo de la obra de Dios.
“Estar con él”
no sólo es una demanda para todos los que aspiran a servirle, sino que es un
privilegio al que muchos hoy todavía son llamados. Igual que ayer, él todavía
sigue llamando a los que quieran oír, para que estén con él.
Luego, si
logran estar quietos algún tiempo, sentados a sus pies, desoyendo todo lo demás
para oírle a él, entonces él podrá enviarlos, a su debido tiempo, a hacer
exactamente lo que él quiere, y nada más.
¡Dios les
bendiga!
Aguasvivas.cl