Cristo viene!
El nacimiento del Salvador del mundo en el pesebre de Belén, fue definido como “el nacimiento del rey” (Mat. 2:2) por aquellos sabios de Oriente que le buscaban para adorarle.
Este Rey terminó sus días clavado en un madero, tras la burla y el escarnio de quienes le ejecutaron en nombre de la humanidad.
Pero Jesús trajo vida y luz a este mundo, porque Él mismo es la Luz y la Vida.
Las multitudes necesitadas recibieron el poderoso efecto del evangelio sanador y luego fueron alimentadas por Su palabra que edifica sobre la Roca firme.
Los siglos han pasado, y el evangelio del reino de Dios sigue produciendo el mismo efecto.
Hoy día, hay un pueblo sobre la faz de la tierra que ha heredado una fe y un testimonio indestructible, que tendrá una gloriosa culminación cuando Cristo vuelva con poder y gran gloria.
Entretanto, una plaga con características bíblicas azota hoy al mundo entero.
De alguna manera, el Dios todopoderoso ha permitido este dolor y angustia, para despertar a los hombres en estos días en los cuales Su nombre es rechazado y vituperado por una sociedad secularizada y apartada de Dios.
Sin embargo, el Señor es amado y anhelado hoy por quienes hemos creído en Él.
Son evidentes las señales de su regreso.
Anímense los desalentados, y reciban consuelo los santos fieles de la tierra:
¡He aquí, Cristo viene!
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