«Yendo ella, lo hizo saber a los que habían
estado con El, que estaban tristes y llorando.»
(Marcos
16:10).
EL CASO DE ESTE TEXTO DE MARCOS 16 ES TÍPICO.
MILLARES HOY EN DÍA ESTÁN TRISTES Y LLORANDO, CUANDO
PODRÍAN REGOCIJARSE EN LA SEGURIDAD DE LA PROMESA DE DIOS EN CRISTO JESÚS.
¡OH, LA INMENSA CANTIDAD DE DOLOR INNECESARIO QUE
EXISTE EN EL MUNDO!
LA BIBLIA NOS HABLA AQUÍ DE DOS CUADROS DISTINTOS.
UNO DE TRISTEZA Y DESOLACIÓN… OTRO DE GOZO Y
CONSOLACIÓN.
EN EL NOMBRE DEL SEÑOR ROGAMOS QUE PONGA SU ESPÍRITU EN
ESTA PALABRA EN ESTE DÍA. AMÉN.
I.
UNA TRISTE ASAMBLEA.
«Estaban
tristes y llorando.»
¡QUÉ ESCENA ES ESTA!
NOS FIGURAMOS A LOS DISCÍPULOS EXPRESANDO SU TRISTEZA
CON ABUNDANTES LÁGRIMAS Y LAMENTACIONES.
1. PORQUE HABÍAN CREÍDO EN JESÚS, Y LE AMABAN Y ESTABAN
MUY PREOCUPADOS POR LO QUE HABÍA ACONTECIDO.
2. PORQUE SEGÚN SU MENTALIDAD, SENTÍAN LA GRAN DESGRACIA
DE PERDERLE PARA SIEMPRE.
3. PORQUE RECORDABAN SU MALA CONDUCTA HACIA ÉL.
II.
UNA MENSAJERA CONSOLADORA.
PERO MARÍA MAGDALENA VINO Y LES DIJO QUE JESÚS HABÍA
RESUCITADO Y SE LE HABÍA APARECIDO.
1. ELLA ERA UNA DE ELLOS.
LOS TESTIGOS DEL SEÑOR ERAN DISCÍPULOS SUYOS Y, POR
TANTO, GENTES DE VERDAD A QUIEN TODO EL MUNDO PUEDE CREER CON ENTERA CONFIANZA.
2. VINO CON LAS MEJORES NOTICIAS.
DECLARÓ QUE JESÚS HABÍA RESUCITADO.
LA TRISTEZA DE NUESTRO DIVINO SEÑOR QUITA LA CAUSA DE
NUESTRA TRISTEZA… Y NOS ASEGURA LA AYUDA DE UN REDENTOR VIVO.
(JUAN 14:19) Todavía
un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo,
vosotros también viviréis.
CRISTO NOS ASEGURA NUESTRA RESURRECCIÓN PERSONAL.
(1 COR. 15:23) Pero
cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de
Cristo, en su venida.
LA RESURRECCIÓN DE CRISTO NOS TRAE JUSTIFICACIÓN
PERSONAL.
(ROM. 4:25) el
cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra
justificación.
3. MARIA MAGDALENA NO FUE CREÍDA.
VEMOS QUE LA INCREDULIDAD PARECE SER UN MAL CRÓNICO.
LOS DISCÍPULOS NO HABÍAN CREÍDO AL SEÑOR CUANDO ÉL
MISMO LES PREDIJO SU RESURRECCIÓN… Y AHORA ELLOS NO CREÍAN A UN TESTIGO QUE
REFERÍA TAL SUCESO.
PORQUE LA INCREDULIDAD ES CRUELMENTE INJUSTA, Y NO HAY
EN ELLA BENDICIÓN, SINO MALDICIÓN.
III.
UNA REFLEXIÓN REAFIRMADORA.
1. NO SOMOS LAS ÚNICAS PERSONAS QUE HEMOS LLORADO A UN
SEÑOR AUSENTE.
2. NO SOMOS LOS ÚNICOS MENSAJEROS RECHAZADOS.
3. ESTAMOS SEGUROS, MÁS ALLÁ DE TODA DUDA, DE LA
RESURRECCIÓN DE CRISTO.
LA EVIDENCIA DE QUE JESÚS RESUCITÓ ES MUCHO MÁS CIERTA
Y ABUNDANTE QUE LA QUE TENEMOS A FAVOR DE CUALQUIER OTRO GRAN HECHO HISTÓRICO.
LA BIBLIA DICE QUE POSTERIORMENTE, LOS APÓSTOLES LO
CREYERON DE TAL MANERA QUE ESTUVIERON DISPUESTOS A MORIR COMO TESTIGOS DE TAL
SUCESO.
UN DOLOR NO ES MENOS AGUDO PORQUE ESTÉ FUNDADO SOBRE UN
ERROR.
JACOB LLORÓ AMARGAMENTE POR SU HIJO JOSÉ, AUNQUE SU
AMADO NO ESTABA DESTROZADO, SINO EN CAMINO DE SER SEÑOR DE EGIPTO.
SIN EMBARGO, MIENTRAS HAYA NECESIDAD DE QUE EXISTA
TANTO DOLOR EN EL MUNDO, ES LÁSTIMA QUE SUFRAN INNECESARIAMENTE LOS QUE TIENEN
LOS MEJORES MOTIVOS PARA GOZARSE.
LA INCREDULIDAD OBRA EN FAVOR DEL PADRE DE MENTIRA EN
ESTE ASUNTO Y PRODUCE MISERIA Y TRISTEZA, MANTENIENDO EN UNA FALSA POSICIÓN A
AQUELLOS QUE NO SON HIJOS DE TRISTEZA, SINO HIJOS DE LUZ Y DE GOZO.
¡LEVÁNTATE, FE, Y CON TU LUZ ECHA FUERA LAS TINIEBLAS
DE
LA TRISTEZA!
¡Y AUN SI TIENES QUE TENER TU LÁMPARA ADEREZADA POR UNA
HUMILDE MARÍA, NO RECHACES SU AMABLE AYUDA!
¡DIOS TE BENDIGA!
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