«Y los sacó fuera
hasta Betania, y alzando sus manos, los bendijo»
(Lucas 24:50)
¡FÍJENSE QUÉ LUGAR MÁS A PROPÓSITO ELIGIÓ EL SEÑOR JESÚS PARA SU
ASCENSIÓN!
EL SEÑOR NO ELIGIÓ BETHLEHEM, DONDE HABÍAN CANTADO SUS ALABANZAS
LAS HUESTES ANGÉLICAS… NI ELIGIÓ EL TABOR, DONDE SERES CELESTIALES LE HABÍAN RODEADO Y
PRESTADO HOMENAJE.
NO ELIGIÓ OTRA VEZ EL CALVARIO, DONDE LAS ROCAS HERIDAS Y LAS
TUMBAS ABIERTAS HABÍAN PROCLAMADO SU DEIDAD.
NO FUE A LOS ATRIOS DEL TEMPLO, CON TODA SU SUNTUOSA
GLORIA… DONDE POR SIGLOS HABÍA BRILLADO EL SHEKINAH CON SU MÍSTICO ESPLENDOR.
JESÚS MAS BIEN ESCOGE UN MONTECILLO, Y EL NOMBRE DE UNA
HUMILDE ALDEA, BETANIA, CONSAGRADA POR UN HOGAR LLENO DE AMOR A ÉL.
ESTA ESCENA DE (LUCAS 24:50) ES MUY REMARCABLE, TAN
DIFERENTE DE LO QUE LA SUPERSTICIÓN HABRÍA INVENTADO.
¡ES TAN QUIETA Y CALMADA!
AQUÍ NO APARECE NINGÚN CARRO DE FUEGO CON CABALLOS DE
FUEGO.
¡ES TAN MAJESTUOSA!
AQUÍ NO SE ABREN LOS CIELOS NI SE DEJAN VER ÁNGELES,
HASTA QUE EL SEÑOR ESTÁ YA FUERA DE LA VISTA DE LOS DISCÍPULOS.
ES EL PROPIO PODER DEL SEÑOR, COMO SER DIVINO, LO QUE
PRODUCE TAL SIMPLICIDAD.
HABLAREMOS DE ESTA PALABRA ROGANDO AL PADRE ETERNO QUE
NOS DE LA SUFICIENTE LUZ PARA COMPRENDER SU GRANDEZA, EN EL NOMBRE DE CRISTO.
I.
SUS MANOS LEVANTADAS PARA BENDECIR.
1. ESTA BENDICIÓN ESTABA LLENA DE AUTORIDAD.
CRISTO LES BENDIJO EN EL MOMENTO EN QUE SU PADRE LE RECONOCÍA, RECIBIÉNDOLE EN EL CIELO.
2. ESTA BENDICIÓN ERA TAN PLENA COMO SI ÉL VACIARA SUS
MANOS SOBRE ELLOS.
LOS DISCÍPULOS PUDIERON VER AQUELLAS QUERIDAS MANOS
COMO DERRAMANDO BENDICIONES QUE DE ELLAS SE DESPRENDÍAN.
3. LA BENDICIÓN ERA PARA LOS QUE ESTABAN DEBAJO Y MÁS
ALLÁ DEL SONIDO DE SU MISMA VOZ: DERRAMÓ BENDICIONES SOBRE TODOS ELLOS.
II.
AQUELLAS MANOS HABÍAN SIDO TRASPASADAS.
ESTO PODÍA SER VISTO POR TODOS ELLOS AL MIRAR ARRIBA.
1. ASÍ CONOCIERON QUE ERAN REALMENTE LAS MANOS DE
CRISTO.
2. Y ASÍ VIERON TAMBIÉN EL PRECIO DE LA BENDICIÓN.
SU CRUCIFIXIÓN HABÍA COMPRADO BENDICIÓN PERPETUA PARA TODOS SUS REDIMIDOS.
3. Y ASÍ VIERON EL MEDIO DE BENDICIÓN.
PORQUE TODO VIENE DE AQUELLAS MANOS HUMANAS Y DE SUS
EXPIATORIAS HERIDAS.
III.
AQUELLAS MANOS EMPUÑABAN EL CETRO.
¡SUS MANOS SON OMNIPOTENTES!
LAS MISMAS MANOS QUE BENDIJERON A SUS DISCÍPULOS,
MANTIENEN HOY EL CETRO ETERNO:
1. DE SU PROVIDENCIA: TANTO EN LOS ASUNTOS GRANDES COMO
EN LOS PEQUEÑOS.
2. DEL JUICIO FUTURO Y DEL REINO ETERNO.
LA MANERA DE LA ASCENSIÓN DE CRISTO AL CIELO ES UN
EJEMPLO DE SIMPLICIDAD Y SUBLIMIDAD QUE NO TIENE PARALELO.
MIENTRAS ESTABA BENDICIENDO A SUS DISCÍPULOS PARTIÓ DE
ELLOS, ERA LLEVADO ARRIBA Y DESAPARECIÓ TRAS UNA NUBE… NO HAY AQUÍ POMPA NI
NADA MÁS SIMPLE.
¿CÓMO PUEDEN ALGUNOS APOYARSE EN POMPOSAS CEREMONIAS,
CUANDO EL SEÑOR DE GLORIA NO PRACTICÓ TALES COSAS?
LA OBRA TERRENAL DEL REDENTOR ESTÁ TERMINADA.
ESTAMOS EN LA PRESENCIA DE AQUEL QUE DIJO: «TODA POTESTAD ME ES DADA EN LOS CIELOS Y EN
LA TIERRA».
Y OTRA VEZ: «EN
EL MUNDO TENDRÉIS AFLICCIÓN; MAS CONFIAD, YO HE VENCIDO AL MUNDO.»
¡DIOS TE BENDIGA!
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