“No tenéis, porque
no pedís.”
(Stg.
4:2)
MUCHOS
BIENES REALIZÓ EL SEÑOR ENTRE LOS HOMBRES, PUES CRISTO TENÍA COMPASIÓN DE
ELLOS.
LA
BIBLIA DICE QUE SU CORAZÓN SE ENCENDÍA DE MISERICORDIA PORQUE LOS VEÍA COMO
OVEJAS SIN PASTOR.
ASÍ
QUE, A MUCHOS SANÓ: A UNOS, POR INTERCESIÓN DE AMIGOS; A OTROS MÁS DESVALIDOS
AÚN, SANÓ DE ‘MOTU PROPRIO’, SIN QUE
ELLOS NI SIQUIERA SE ATREVIERAN A SOLICITARLO.
PERO
HAY ALGUNOS A QUIENES ÉL ATENDIÓ DE ACUERDO A LOS TÉRMINOS DE LA PROPIA
SOLICITUD DE ELLOS. ES DECIR, EL SEÑOR JESÚS LES CONCEDIÓ LO QUE LE PIDIERON.
UNA
VEZ, UN LEPROSO SE LE ACERCÓ Y LE DIJO: “SEÑOR,
SI QUIERES, PUEDES LIMPIARME”. Y EL SEÑOR LE CONTESTÓ: “QUIERO, SÉ LIMPIO”.
ÉSTE
LEPROSO CREÍA QUE SI TAN SÓLO EL SEÑOR LO QUERÍA, ÉL SERÍA SANO DE SU LEPRA.
ESO SE LLAMA FE.
OTRA
VEZ, UNOS CIEGOS SE LE ACERCARON, Y EL SEÑOR LES DIJO: “¿CREÉIS QUE PUEDO HACER ESTO?”. ELLOS LE DIJERON: “SÍ, SEÑOR”.
ENTONCES
EL SEÑOR JESÚS LES DIJO: “CONFORME A
VUESTRA FE OS SEA HECHO”.
ESTA
VEZ EL SEÑOR PUSO LA ATENCIÓN EN LA FE DE ELLOS.
EL
SEÑOR LE DIJO A BARTIMEO: “¿QUÉ QUIERES
QUE TE HAGA?”.
Y
BARTIMEO LE CONTESTÓ: “MAESTRO, QUE
RECOBRE LA VISTA”.
Y
EL RELATO AGREGA: “EN SEGUIDA RECOBRÓ LA
VISTA”.
LA
PETICIÓN DE BARTIMEO FUE MUY ESPECÍFICA, Y ÉL RECIBIÓ DE ACUERDO A LO QUE HABÍA
PEDIDO.
CUANDO
EL PADRE DEL MUCHACHO ENDEMONIADO SE ACERCÓ AL SEÑOR PARA DECIRLE: “SI PUEDES HACER ALGO, AYÚDANOS”, EL
SEÑOR LE CONTESTÓ EN LOS MISMOS TÉRMINOS: “SI
PUEDES CREER, AL QUE CREE TODO LE ES POSIBLE”.
EL
HOMBRE DUDÓ QUE JESÚS PUDIERA HACER ALGO, ENTONCES EL SEÑOR, USANDO SUS PROPIAS
PALABRAS, LE RESPONDIÓ DE IGUAL MANERA.
NADA
HABRÍA PODIDO HACER EL SEÑOR SI EL HOMBRE NO HUBIESE CLAMADO LUEGO: “AYUDA MI INCREDULIDAD”.
ESTOS
EJEMPLOS CONFIRMAN LA ENSEÑANZA DE NUESTRO SEÑOR, QUIEN DIJO: “PEDID Y SE OS DARÁ; BUSCAD Y HALLARÉIS;
LLAMAD Y SE OS ABRIRÁ”.
Y
TAMBIÉN LA ENSEÑANZA DE SANTIAGO, QUE DICE: “NO TENÉIS, PORQUE NO PEDÍS”.
¿CÓMO
ESTAMOS PIDIENDO NOSOTROS?
¿O
ES QUE NI SIQUIERA PEDIMOS?
¡DIOS
TE BENDIGA!
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