miércoles, 5 de marzo de 2014

Oración inoportuna



«... ¿Por qué clamas a Mí? ...»
(Ex. 14:15).



PUEDE VENIR UN TIEMPO A NUESTRA VIDA CUANDO ESTA PREGUNTA TIENE QUE SER RESPONDIDA… Y ÉSTE FUE EL CASO DE MOISÉS.

PORQUE HAY UN TIEMPO CUANDO EL CLAMOR DEBERÁ DAR PASO A LA ACCIÓN.

Y ES QUE CUANDO NUESTRA ORACIÓN ES ESCUCHADA Y EL MAR ROJO SE DIVIDE, SERIA VERGONZOSO PERMANECER TEMBLANDO Y ORANDO AÚN.

VAMOS A HABLAR UN POCO SOBRE ESTA PALABRA, EN EL PRECIOSO NOMBRE DE CRISTO JESÚS.

I. A VECES LA RESPUESTA SERA POCO SATISFACTORIA.

1. PORQUE YO ESTOY ORANDO POR COSTUMBRE.

ALGUNOS HAN PRACTICADO LA HIPOCRESÍA REPITIENDO FORMAS DE ORACIÓN DICIENDO SIEMPRE LO MISMO.

2. PORQUE ES PARTE DE MI RELIGIÓN.

MUCHOS ORAN COMO UN DANZARÍN DEL ÁFRICA O UN FAQUIR DE LA INDIA QUE SE DEJA SECAR LA MANO.

PERO NO SABEN NADA DE LA REALIDAD ESPIRITUAL DE LA ORACIÓN

(MAT. 6:7) Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.

3. PORQUE ME SIENTO MÁS SATISFECHO DESPUÉS DE HABER PRACTICADO TAL COSTUMBRE.

SI SOLAMENTE ORÁIS PARA SATISFACER VUESTRA MENTE ACOSTUMBRADA A ELLO, ¿NO SERÁ UNA BURLA AL DIOS VIVO QUE QUIERE ESCUCHAR LA VOZ DEL ALMA Y DE LA CONCIENCIA, Y NO AUMENTARÉIS CON ELLO VUESTRO PECADO?

(ISA. 1:12) ¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios?

(EZE. 20:31) Porque ofreciendo vuestras ofrendas, haciendo pasar vuestros hijos por el fuego, os habéis contaminado con todos vuestros ídolos hasta hoy; ¿y he de responderos yo, casa de Israel? Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no os responderé.

II. A VECES LA ORACIÓN DEMOSTRARÁ IGNORANCIA.

1. CUANDO IMPIDE EL VERDADERO ARREPENTIMIENTO.

EN VEZ DE QUITAR EL PECADO Y SENTIR PENA POR ÉL, ALGUNAS PERSONAS SE QUEDAN SATISFECHAS CON UNA ORACIÓN DE PALABRAS.

PERO «OBEDECER ES MEJOR QUE LOS SACRIFICIOS», Y MEJOR QUE LAS ORACIONES.

2. CUANDO ES UN ESTORBO PARA PONER LA FE EN JESÚS.

EL EVANGELIO NO DICE: «ORA Y SERÁS SALVO»; SINO: «CREE EN EL SEÑOR JESUCRISTO Y SERÁS SALVO»

(MAT. 7:21) No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

(JUAN 6:47) De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.

3. CUANDO SUPONEMOS QUE NOS HACE ACEPTOS A DIOS.

DEBEMOS VENIR A DIOS COMO PECADORES, Y NO ELEVAR NUESTRAS ORACIONES COMO UNA MUESTRA DE NUESTRA JUSTICIA Y PIEDAD.

(LUC. 18:11-12) El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; 12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.

III. A VECES LA RESPUESTA SERÁ TOTALMENTE CORRECTA.

1. ¿POR QUÉ DEBO ORAR?

PORQUE ESTOY ATRIBULADO Y DEBO ORAR O PERECER.

LOS SUSPIROS Y CLAMORES NO SON PARA ORDENAR A DIOS, SINO UNA IRRESISTIBLE EXPRESIÓN DEL CORAZÓN

(SAL. 42:1) Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.

(ROM. 8:26) Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.

2. PORQUE YO SÉ QUE SERÉ ESCUCHADO Y, POR TANTO, SIENTO UN FUERTE DESEO DE ACUDIR A DIOS EN SÚPLICA.

«PORQUE EL HA INCLINADO SU OÍDO A MÍ, POR TANTO LE INVOCARÉ EN TODOS MIS DÍAS» (SAL. 116:2).

3. PORQUE YO ME DELEITO EN ELLO; TRAE REPOSO A MI MENTE Y ESPERANZA A MI CORAZÓN.

ES UN DULCE MEDIO DE COMUNIÓN CON MI DIOS.

«PARA MÍ EL ACERCARME A DIOS ES EL BIEN» (SAL. 73:28).

4. ¿POR QUÉ DEBE HABER QUIENES DEPENDEN DE SUS PROPIAS ORACIONES?

• ¿EN QUÉ ESTADO SE HALLAN LOS QUE VIVEN SIN ORACIÓN?

• ¿QUÉ SON AQUELLOS QUE NO PUEDEN DAR RAZÓN DEL POR QUÉ ORAN, SINO QUE SUPERSTICIOSAMENTE REPITEN PALABRAS QUE NO SALEN DEL CORAZÓN?

UNA MUJER A QUIEN YO HABÍA EXPLICADO EL GRAN MANDATO DEL EVANGELIO: «CREE EN EL SEÑOR JESÚS», SE RESISTÍA SIEMPRE PARA VENIR A CRISTO.

UN DÍA ME DIJO: «¡ORE POR MÍ, ORE POR MÍ!»

Y ELLA QUEDÓ MUY SORPRENDIDA CUANDO LE CONTESTÉ:

«NO LO HARÉ. YO HE ORADO POR USTED ANTES; PERO SI USTED REHÚSA CREER LA PALABRA DEL SEÑOR, NO VEO POR QUÉ DEBO ORAR POR USTED. EL SEÑOR LE MANDA CREER EN CRISTO, Y SI USTED NO LO HACE, SINO QUE PERSISTE HACIENDO A DIOS MENTIROSO, USTED SE PERDERÁ, Y ESO NO ES ASUNTO MÍO, SINO DE USTED.»

ESTO LA TRAJO A RAZÓN.

ME PIDIÓ QUE LE EXPLICARA DE NUEVO EL CAMINO DE LA SALVACIÓN, LO ESCUCHÓ ATENTAMENTE Y, COMO UNA NIÑA, SU ROSTRO SE ILUMINÓ AL EXCLAMAR: «¡SEÑOR, YO PUEDO CREER!, ¡YO CREO, Y SOY SALVADA! GRACIAS POR HABER REHUSADO CONFORTARME EN LA INCREDULIDAD.»

Y LUEGO, ME DIJO CON PALABRAS SUAVES: «Y AHORA, ¿NO ORARÁ POR MÍ?»

NATURALMENTE QUE LO HICE Y NOS REGOCIJAMOS JUNTOS EN LA FE DEL SEÑOR.

¡DIOS TE BENDIGA!



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