domingo, 5 de julio de 2015

Los pobres de la tierra



Porque no para siempre será olvidado el menesteroso, ni la esperanza de los pobres perecerá perpetuamente
(Salmo 9:18).



Las ideologías humanas han fracasado en su conquista de un paraíso terrenal.

Han buscado infructuosamente hacer justicia a los pobres de la tierra, instaurando sistemas de gobierno que se han vuelto contra quienes buscaban aparentemente favorecer.

Sin embargo, los pobres y menesterosos tendrán una victoria final.

Años y siglos de injusticias no habrán sido en vano.

Y la justicia y la vindicación no vendrán de un gobernante terreno ni de un sistema político, sino del Dios de toda misericordia y consolación.


De Aquél que, “siendo rico, por amor a nosotros, se hizo pobre, para que nosotros, en su pobreza, fuésemos enriquecidos” (2 Cor. 8:9).

Quedarán vengados los sufrimientos de quienes soportaron toda una vida de despojo y de humillación.

Serán vengados del rostro ceñudo del rico prepotente, del esquilmador, del avaro maldiciente, del despojador de los bienes y de sus hijos.

Y no será un asunto de ideología. Será un asunto de justicia divina, la misma que opera en el episodio del rico y Lázaro.

Al rico se le dijo: “Acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males, pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado” (Lucas 16:25).

¡Qué gozo será el de millones de pobres, levantados al gozo del Señor!

¡Cuántas lágrimas de gozo lavarán heridas purulentas, y miradas de dolor!

¡Cuántos rostros que nunca se atrevieron a mirar de frente verán sin temor a Aquél que levantará su cabeza para siempre!

La recompensa no se recibe en este mundo.

Porque aquí en la Tierra no hay rebelión, no hay vindicación presente posible que pueda lograrlo.

Este tiempo no es de victorias, sino de humillación.

La Palabra de Dios dice: “Si sufrimos (aquí), reinaremos con él” (2 Tim. 2:12).

La visión de esta realidad lleva al cristiano a esperar confiadamente el tiempo de la vindicación de Dios.

¡Dios les bendiga!





Aguasvivas.cl

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No estás solo

  Yo haré que queden en Israel siete mil, cuyas rodillas no se doblaron ante Baal, y cuyas bocas no lo besaron». – 1 Reyes 19:18. Remanente ...