miércoles, 22 de abril de 2015

¿Estamos desocupados?




"Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña. Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. Saliendo cerca de la hora tercera, vio a otros que estaban en la plaza desocupados; y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos fueron. Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo. Y saliendo cerca de la hora undécima..." (Mat. 20:1-6).



Este texto forma parte de la conocida parábola de los obreros de la viña, dicha por nuestro Señor Jesucristo.

Y aquí, la hora undécima es la penúltima hora del día porque los hebreos dividían el día en doce horas, desde el amanecer hasta el ocaso.

Entonces aquí quedaba una hora para que concluyera el día laboral, y a esa hora, la parábola dice que el dueño de la viña "halló a otros que estaban desocupados; y les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados?".

Cuando nos sumergimos en la parábola, nos damos cuenta que la palabra "desocupados" aparece tres veces. Espiritualmente hablando, ¿qué significado tiene esto?

Bien. La viña representa la obra de Dios.

Ahora, si cualquiera de nosotros está fuera de la viña, entonces estamos desocupados.

De manera que, ¿cómo considera Dios nuestra vida fuera de la viña?

Amados: No importa cuántas cosas hagamos para nosotros mismos; no importa cuántos planes desarrollemos, ni cuánta riqueza acumulemos. Para Dios, eso es un tiempo desocupado, un tiempo sin provecho y sin fruto.

Y es, además, un tiempo que para Dios no cuenta, porque simplemente no existe para Él, porque no estamos en su viña.

Es la viña del Señor el único ámbito de nuestro trabajo. Y es en ella donde podemos invertir el tiempo y ser hallados útiles, ocupados, dando frutos para Dios.

Esto no significa que tengamos que dejar todas nuestras ocupaciones terrenales para dedicarnos a la obra a tiempo completo. No.

Significa, simplemente, estar en el lugar donde Dios quiere que estemos, haciendo realmente lo que Dios quiere que hagamos.

¿Estás tú, amado hermano, en el lugar preciso? ¿O estás tal vez fuera de la viña?

Quizás consideremos que estamos haciendo mucha obra para Dios, pero aun así, podríamos estar fuera de la viña. Recordemos que es Su viña, no nuestra viña; son Sus labores, no nuestras labores.

Creo que, en la vida de todos los siervos de Dios, cuando estamos muy afanados o muy desgastados sirviendo al Señor, llega un momento en que nos agobiamos. Y entonces nos preguntamos: "¿Estoy realmente haciendo la obra de Dios?".

Y esta pregunta puede traer gran temor y temblor, y aun un descalabro en nuestras vidas. Porque todo lo que hagamos fuera de la viña será tiempo perdido, será labor inútil, será obra sin valor para Dios.

En esta parábola, ese día de doce horas, desde la mañana hasta la tarde, representa para nosotros toda nuestra vida.

Tal vez estemos en la hora undécima... y falte sólo una hora para que se cierre la puerta. 

¿Estamos fuera, desocupados, haciendo muchas cosas para nosotros mismos?

¿Estamos realmente sirviendo en la viña del Señor, o estamos desocupados?

Amados que nos leen: ¿Cómo estamos ocupando nuestros días, como estamos ocupando nuestro tiempo?

Reflexionemos seriamente en esto.

Seguro que a todos nos conviene orar como Moisés oraba: "Señor, enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría" (Salmo 90:12).

¡Bendiciones para todos!






Aguasvivas.cl

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