miércoles, 8 de abril de 2015

Contentos con lo que tenemos







"Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto"
(1 Tim. 6:6-8).



El asunto de los bienes y el dinero es de la mayor actualidad en el mundo de hoy.

¿Cómo pueden resistir los cristianos la avalancha de ofertas, el juego de las vanidades, y las carreras desenfrenadas por el consumismo y por el adquirir cosas?

Este es un problema de la mayor importancia. El apóstol Pablo advierte en esta epístola que el problema del dinero tendrá dimensiones extraordinarias en los últimos tiempos.

Y la Biblia nos habla de un caso. En un momento dado, el discípulo Demas abandonaría a Pablo para irse al mundo.

No sabemos si la claudicación de Demas fue por este asunto específico, pero aunque haya habido otros, es difícil que éste no haya estado relacionado.

"Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores" (1 Tim. 6:9-10).

El amor al dinero es la raíz de todos los males, dice el apóstol. Y estamos seguros que algunos cuestionarán: ¿Será tan así?

Bueno, las palabras del hombre pueden ser objetadas, puestas en duda, mas la Palabra de Dios no puede ser objetada ni quebrantada.

En la práctica hemos visto que, por conseguir bienes y dinero se suele dejar de lado todo lo demás, olvidar la familia, la fe, los principios morales, todo.

Pero al final, cuando se ha conseguido “la meta”, si es que se consigue, ésta no trae saciedad y mucho menos paz y gozo.

La dicha auténtica por la relación con Dios siempre está más allá de la más ambiciosa meta económica.

Por eso, en otro lugar Pablo exhorta a los cristianos de esta manera: "Pero esto digo, hermanos: que el tiempo es corto; resta, pues que … los que compran, (sean) como si no poseyesen; y los que disfrutan de este mundo, como si no lo disfrutasen; porque la apariencia de este mundo se pasa"
(1 Cor. 7:29, 30-31).

Este es un estar en el mundo como no estando, tener como no teniendo, no dejando que el corazón se haga cautivo de las cosas.

El libro a los Hebreos dice: "Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te dejaré, ni te desampararé."
(Heb. 13:5).

¡Qué sabia enseñanza de Dios! "Contentos con lo que tenéis ahora". Eso es contentamiento, satisfacción, en lo que Dios hoy nos da.

Siempre habrá más ricos y más pobres que nosotros. Y una mirada comparativa, casi siempre, nos puede hacer mucho daño.

Si miramos a los primeros, tal vez nos tengamos como pobres y desdichados; si miramos a los segundos tal vez nos sintamos orgullosos y soberbios.

Sólo el mirar al Señor con gratitud por lo que hoy nos ha provisto, es lo que puede darnos este "contentamiento" del que en estos pasajes se habla.

La piedad es más que creer… es vivir lo que creemos. Es pasar la valoración de los cosas espirituales, eternas, al plano de lo real y cotidiano.

Es hacer un aterrizaje de lo sublime al ámbito de las cosas pequeñas, en el día a día.

Que el Señor nos ayude a ser consecuentes con lo que creemos.

¡Bendiciones para todos!






AguasVivas.cl


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